Crédito Hipotecario: Abra los Ojos y Léalo Todo.
Está claro, necesito un crédito hipotecario si no quiero perder esta oportunidad. He estado buscando un piso en el barrio de Salamanca en Madrid, casi 4 meses y ahora que lo encuentro voy a necesitar dinero extra si quiero comprarlo. ¡Hay! La vida es dura.
La verdad es que quiero comprar este piso, porque es una excelente ocasión de invertir un dinero y hacerme con una nueva casa al mismo tiempo. Estaba buscando un hogar; no una inversión y me he encontrado una oportunidad. A lo mejor la vida no es tan dura, después de todo.
La Historia de Mi Crédito Hipotecario
Quien me puso la idea en la cabeza de que podía comprar este piso fue la asesora inmobiliaria. Fue ella quien me animó y me ayudo a encontrar un crédito hipotecario “a medida” que firmaré dentro de un par de días. Me lo dijo claro desde el principio: “Si te organizas bien, y yo te ayudaré a hacerlo, conseguirás al menos el 80% del precio del piso con un crédito. Sólo tienes que estar dispuesto a venderte a ti mismo”. Aunque no la entendí en un primer momento, ¡qué razón tenía”.
El precio del piso estaba bastante bien en comparación al mercado en el barrio de Salamanca, ya que éste necesita reformas y el dueño sabía, (bien asesorado por la asesora inmobiliaria), que el costo de la reforma para el nuevo propietario había que tenerlo en cuenta a la hora de poner el precio.
La zona del barrio de Salamanca está bien comunicada y es segura; el colegio de mi hijo está cerca y el trabajo de mi mujer y el mío están también a 20 minutos.
¡Lo quería! ¡Pero su precio era de €370.000 euros y no tenía el dinero. ¡Lo quería!, ¡Lo quería! ¡Lo quería! ¡Quería conseguir ese piso! Pero mi banco no me ayudó con el crédito hipotecario. ¿La solución? Buscar un crédito hipotecario y un director gerente que me entendiera.
En mi angustia por que no se presentara otro comprador y la expectación de todo lo que podía hacer con este piso, comencé a buscar créditos hipotecarios con ayuda de la asesora inmobiliaria y he aprendido un montón.
Buscar un Crédito Hipotecario: Tres Enseñanzas
Primero he aprendido que hay créditos hipotecarios para todos los gustos y condiciones. Yo pensaba que todos eran más o menos iguales. Nada de eso. Aquí hay que abrir bien lo ojos y leerlo todo, sobre todo la letra pequeña. Me pregunto ¿Por qué será pequeña?
Segundo, que todo comprador debe invertir tiempo en saber qué ofrecen los diferentes bancos y no basarse sólo en su publicidad como bien me dijo la asesora inmobiliaria. Hay que visitar muchos bancos y hablar con los directores porque, ¡sorpresa, sorpresa!, las condiciones y términos de acceso a un crédito hipotecario suelen ser más ventajosas de lo que se muestra en la publicidad, cuando te sientas delante del director y expones tu caso.
Tercero, que los simulares de hipotecas online te ayudan muy poco. He intentado algunos, he llamado a los bancos y resultó que nada de nada, los porcentajes que daba el simulador del crédito hipotecario no se correspondían con la realidad. Como bien me dijo también la asesora inmobiliaria.
Mis visitas a los bancos fue un tiempo bien empleado, porque al fin uno me dio unos términos de pago que se ajustan a lo que quiero. Un poco más y le doy un abrazo al director. Hoy este estupendo piso va a ser mío, mío, y solo mío; bueno, de Consuelo, mi mujer, y mío. ¿OK?
Mi Crédito Hipotecario: La Moraleja.
¿Qué moraleja puede enseñar mi experiencia a otros compradores en Madrid en una situación similar a la mía? Hay que salir ahí fuera y visitar todas las oficinas bancarias que puedas, para conseguir el crédito hipotecario que tú necesitas en tus condiciones personales. Siempre habrá alguien que te escuche, te entienda y te asesore.
Cómo en todos sitios, los bancos te pueden ofrecer un buen servicio al cliente y un servicio no tan bueno. Después de todo quien te concederá un crédito hipotecario es una persona, no un banco y se lo da a otra persona, tú, que si sabes venderle tu idea, tu situación personal y lo que gana el director teniéndote como cliente, cuentas con muchas posibilidades de que el director se ponga en “tus zapatos”.
¡Qué razón tenía mi asesora inmobiliaria! ¡Qué suerte que me he cruzado con una profesional!
Y lo siento por mi banco. Para vender un crédito hipotecario no es suficiente contar con que ya era cliente de varios años.
Ahora, señoras y señores, voy a reformar mi nuevo piso en el barrio de Salamanca. Voy a disfrutar pintando las paredes y Consuelo va a disfrutar comprando los muebles. Todo gracias a una agente inmobiliaria que me supo asesorar y a un director de banco que entendió que un crédito hipotecario le puede hacer a uno la vida más feliz. ¡Quien me lo iba a decir hace sólo 6 semanas!
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